domingo, 10 de febrero de 2013


BOLETIN INFORMATIVO

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, a 10 de febrero de 2013.

El sistema agrícola milpa sigue siendo uno de los pilares centrales de la economía entre miles de familias campesinas de Chiapas, México y Centroamérica, prácticamente no hay cultivos con mayor importancia alimenticia que el maíz y sus complementos el frijol, la calabaza y el chile, por lo que es la base de la economía de autoconsumo. La práctica de separación de semillas tradicionales por color, raza, adaptación climática, dureza y destino alimenticio, es la base de la reproducción del sistema milpa. Los hijos de familias campesinas aprenden a hablar cuando escuchan a sus padres cómo mejorar el sistema milpa cada año. Incluso comunidades campesinas que han perdido la lengua originaria mantienen vivas muchas tradiciones, creencias y rituales agrícolas, guardan las semillas criollas como un tesoro, patrimonio familiar y herencia inmaterial para sus hijos.

En  noviembre de 2012 las instituciones que integran el Comité para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de México reconocieron el sistema agrícola milpa como parte del patrimonio cultural inmaterial del país, por iniciativa de los municipios donde hay mayor presencia de grupos campesinos que se reivindican milperos, apoyadas por instituciones académicas de Chiapas y organizaciones sociales de la Campaña Sin Maíz No Hay País.

Junto con el sistema milpa, los campesinos milperos siembran decenas de plantas agrícolas, medicinales, hortalizas y árboles maderables o frutales. Otras especies de animales silvestres se alimentan de la milpa, como mamíferos silvestres, pájaros, roedores e insectos voladores y subterráneos, por lo que desde 2010 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) coordina el único programa de fomento a la producción del sistema milpa en las comunidades asentadas en los territorios protegidos. Este programa resulta ser insuficiente pues no sólo hay maíz criollo en las Áreas Naturales Protegidas, y de hecho la mayoría de los campesinos milperos vive en bosques no protegidos donde, sin apoyo oficial alguno, se organizan ferias campesinas de intercambio de semillas y conocimientos.

Las políticas, programas o discursos que promueven el abandono, sustitución, reconversión o remplazo de la agricultura del maíz resultan ser anticampesinos y tienden irremediablemente al fracaso, así sean acuerdos comerciales entre gobiernos, empresas, organizaciones sociales o programas de investigación.

México no necesita maíz transgénico, y los campesinos con prácticas agroecológicas no necesitan agroquímicos. Chiapas tiene una gran riqueza en los pueblos campesinos que han hecho de este el estado con la mayor producción de agricultura orgánica en México, particularmente en la producción de café. En cientos de comunidades los campesinos experimentan la transformación de su agricultura sin agroquímicos, con prácticas culturales de manejo de la agrobiodiversidad. Es necesario apoyar estos procesos y demostrar, con base en la experimentación campesina, que otra agricultura es posible, sin agroquímicos y sin transgénicos, sin deudas por créditos agrícolas.

Es urgente fortalecer la agricultura campesina con semillas criollas y abandonar la dependencia de los agroquímicos. El problema es un reto para nuestra generación, no podemos actuar solos. Es por ello que seguiremos actuando como red de organizaciones campesinas, con apoyo de académicos comprometidos con la sociedad, instituciones, pequeñas empresas de productores orgánicos, para hacer frente a las grandes empresas agroindustriales transnacionales, así como a la crisis económica, alimenticia y ambiental.

Nos comprometemos a difundir el sistema agrícola milpa como patrimonio cultural, base de la economía campesina y alternativa a la crisis ambiental.  Uniremos nuestra causa a las organizaciones e instituciones que se comprometan con la agricultura campesina que nos heredaron nuestros antepasados.

Reunidos en Centro de Difusión Universitario Intercultural (CEDUI) de la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), con participación de grupos campesinos, académicos y personal de instituciones  agrícolas, culturales y ambientales, nos hemos propuesto realizar un trabajo plural para generar un proceso más en defensa de la agricultura campesina, las semillas criollas de maíz y frijol y de la transición a la soberanía alimentaria con base agroecológica.

Hemos sido invitados por grupos campesinos de La Concordia, región Frailesca de Chiapas para iniciar un proceso de reconversión productiva del maíz comercial con base en agroquímicos a una agricultura campesina con base en la agricultura orgánica y las semillas criollas.

También difundiremos el proceso por el cual fue reconocida la producción de maíz criollo y el sistema agrícola milpa en la Lista del patrimonio inmaterial de México, y las actividades que haremos para ampliar los alcances de este reconocimiento y así, construir las bases para un régimen de salvaguarda del maíz criollo, la milpa, los saberes campesinos vigentes para su reproducción y las experiencias de grupos campesinos en procesos similares de soberanía alimentaria con base agroecológica.

Invitamos a organizaciones sociales, grupos de investigación en agronomía, antropología y ciencias afines, campesinos milperos e instituciones de los sectores agrícola, ambiental y cultural, a sumarse a este esfuerzo. La próxima reunión de la Red Maíz Criollo será el 23 de febrero del presente en el ejido Benito Juárez, municipio La Concordia. Confirmar su asistencia al correo redmaizchiapas(a)gmail.com Mayor información en http://www.redmaizchiapas.blogspot.com/
Atentamente: 
Emanuel Gómez Martínez
UNICH

Sofia Olhovich
Casa del Pan
Comisión de enlace y comunicación de la Red Maíz Criollo Chiapas