BOLETIN
INFORMATIVO
A los pueblos,
comunidades y organizaciones indígenas y campesinas.
A la Campaña
Nacional Sin Maíz No Hay País.
A la Red en Defensa
del Maíz Nativo.
A los activistas
del movimiento anti transgénicos.
A los centros de
estudio e investigación en desarrollo rural y agricultura.
A los medios de
comunicación.
A las autoridades de
instituciones municipales, estatales y federales.
El día de ayer 25
de junio del 2013, una parte de las mujeres y hombres campesinos que
constituyen la Red Maíz Criollo, también conocida como Red de productores de
semillas criollas de Chiapas, sembraron 30 variedades de maíz nativo en una
parcela demostrativa ubicada en el Centro de capacitación Porfirio Encino “La
Albarrada”, de esta ciudad.
Con este acto, los
productores, provenientes de 10 comunidades de Tenejapa, Larráinzar,
Zinacantán, San Cristóbal de Las Casas y Chamula, reivindicaron que la base de
la agricultura sigue en manos campesinas. Algunas variedades de maíz tenían más
de 30 años bajo custodia de las familias campesinas y fueron donadas para esta
parcela. La cosecha se espera para el mes de noviembre o diciembre y lo
celebraremos con una feria campesina en la que los productores tengan acceso a
las semillas nativas para reproducirlas en sus parcelas.
Desde hace diez
años iniciamos este proceso que conocemos como “Fitomejoramiento
participativo”, una tecnología que nos enseñaron técnicos del Instituto
Nacional de Ciencias Agrícolas de Cuba (INCA) para mejorar las semillas nativas
y reducir la dependencia de semillas comerciales, técnicos fitomejoradores o
extensionistas, créditos y otro tipo de programas. Hoy los campesinos se
reconocen como fitomejoradores de semillas nativas de la milpa y se organizan
en Comités de Maíz por comunidad y municipio.
Desgraciadamente
las instituciones no han reconocido el trabajo de selección y mejoramiento de
semillas nativas que cada año hacen los campesinos con el apoyo de sus
familias, y que es la base para su seguridad alimentaria y la reproducción de
la cultura del maíz. En México, sigue pendiente el reconocimiento jurídico de
la agricultura familiar campesina y las autoridades amenazan con liberar
permisos de siembra de maíz transgénico en etapa comercial.
La población
informada sabe que México no necesita maíz transgénico, lo que necesitamos es
que el gobierno reconozca que los campesinos tradicionales son los actores
clave para la reproducción de las semillas para la agricultura y la
alimentación.
Nos sumamos a las
campañas que exigen el reconocimiento de todo México como centro de origen y
diversificación del maíz criollo, nativo o autóctono, exigimos que se cancelen
todos los permisos de siembra piloto, experimental o comercial de maíz
transgénico, y que se reconozca el papel estratégico de la agricultura familiar
campesina.
Proponemos que los
programas de gobierno se concentren en proyectos de capacitación en
fitomejoramiento participativo de semillas nativas, producción agroecológica,
mejoramiento de suelos, riego, inversión productiva y otras técnicas que han
demostrado su efectividad en el tiempo y que demandan los pueblos y comunidades
campesinas para recuperar la seguridad y soberanía alimentaria.
Con nuestra parcela
demostrativa reivindicamos la memoria de nuestros antepasados, recordamos a
nuestro compañero Juan Enrique Velasco Ortíz, “El Chacanac” fallecido en 2012 y
llamamos nuevamente la atención de las autoridades e instituciones de
desarrollo rural, los extensionistas y los responsables de la Cruzada nacional
contra el Hambre, para que miren a los campesinos como gente de conocimiento,
de sabiduría, guardianes de las semillas nativas, y no sólo como beneficiarios
pasivos de las políticas y programas asistencialistas.
Por el
reconocimiento de las mujeres y hombres de maíz.
Arturo Farrera González
Emanuel Gómez Martínez
Comisión de Enlace
y comunicación de la Red Maíz Criollo Chiapas
San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas, a 25 de junio de 2013
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