miércoles, 31 de octubre de 2012

Líneas de acción para la transición del maíz comercial con agroquímicos a orgánico


        1. PRODUCCIÓN DE MAÍZ COMERCIAL EN TRANSICIÓN A ORGÁNICO
          Parcela demostrativa del sistema de transición orgánico.
Inversión: Capacitación, fertilizantes químicos, abonos orgánicos, micorrizas.
Lugar: Parcelas de los productores comerciales de maíz criollo. Posible seguir el ejemplo de Guerrero, estado que decretó destinar al menos 2 parcelas por municipio para iniciar la transición.
Metodología: Entrevista al productor para evaluar las prácticas de fertilización y uso de agroquímicos en las parcelas que iniciarán el proceso de transición.
La técnica se conoce como "50 y 50", y consiste en la combinación de fertilizantes químicos en un 50% de la cantidad acostumbrada y un 50% de abonos orgánicos, con lo que se evita la pérdida de rendimientos. El segundo año se reduce la dosis de fertilizantes químicos a un 25% y se aplican abonos orgánicos en un 75%. El tercer año ya no se aplicas fertilizantes químicos y se aplica un 100% de abonos orgánicos y se puede certificar la producción de la parcela como "orgánica".

A partir del cuarto año se reduce el uso de abonos orgánicos en un 50%, pues la característica de estos abonos es que dinamizan la biodiversidad del suelo con insectos y lombrices, por lo que desde el quinto año la parcela sólo requiere un 25% de abonos orgánicos rompiendo la dependencia tecnológica de los productores y logrando la trasnsición orgánica sin perder los rendimientos.

Por ejemplo, los productores de maíz comercial de Chiapas organizados en la Asociación de Productores Agremiados de Chiapas (APACH), solicitan a la Financiera Rural un crédito cercano a los $5,000 por productor al año, sólo para adquirir fertilizantes químicos y aplicarlos en cada proceso productivo, como se ilustra en la Tabla 1.



 Para comprender mejor la propuesta técnica, redondearemos la dosis de fertilizantes químicos aplicada en 1,000 kilos por hectárea, es decir, una tonelada.

Para reemplazar los fertilizantes químicos por abonos orgánicos, se requiere aplicar el doble de abonos orgánicos, esto es, para obtener los mismos rendimientos, si se aplican 1,000 kg de fertilizantes químicos por hectárea, tendrían que aplicarse 2,000 kgs de abonos orgánicos. La diferencia más importante no está en la cantidad de fertilizantes (químicos u orgánicos), sino en que los fertilizantes químicos requieren duplicar la dosis al siguiente año y, en sentido inverso, los abonos orgánicos pueden reducirse a la mitad al siguiente año pues tienen la virtud de dinamizar la biología del suelo.

De tal modo que la transición de fertilizantes químicos a orgánicos tendría que darse en tres años, con una dosis como la siguiente.




Evidentemente, este proceso tiene que ir acompañado de un proceso de capacitación y subsidio de los fertilizantes químicos y orgánicos requeridos durante al menos tres años. Si la capacitación incluye la producción propia de abonos orgánicos, es muy probable que al terminar el acompañamiento los productores elaboren su propio abono y rompan por completo con la dependencia del exterior, lo que permite valorar la producción como auto sustentable. También es posible que los productores mayores involucren a sus hijos y les encomienden la tarea de producir los abonos, con lo que se generaría empleo permanente en el mismo sistema agrícola, y con dos generaciones de campesinos.

Resultados esperados: Transición a la producción orgánica en el sistema milpa, ruptura con la dependencia de insumos externos, generación de empleos permanentes, recuperación de la fertilidad natural de los suelos y de la microbiodiversidad de este ecosistema.

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